El 27 de enero del 2001 los paramilitares llegaron a la casa de la mujer del sector sur oriente de Barrancabermeja, a exigir que la coordinadora de la OFP entregara las llaves de la sede porque ellos iban a tomar la casa para poner el comando paramilitar en el sector. La compañera no entregó las llaves sino que frente a los paramilitares llamó por celular a la coordinación general de OFP a informar lo que pasaba; los paramilitares le quitaron el Avantel y dijeron que se la llevaban donde el jefe a ver si era cierto que no entregaba las llaves; de inmediato se logró avisar a las autoridades, a la comunidad internacional y a las organizaciones sociales de la ciudad y en minutos estuvimos en el sitio.
La policía detuvo a uno de los paramilitares, quien a los pocos días apareció asesinado en el baúl de un carro, cerca a una sede sindical. De ahí nació una campaña de no entregar las llaves de nuestra ciudad, de nuestro territorio, de nuestro cuerpo. Fue una decisión no solo de las organizaciones regionales sino también nacionales.
Las llaves son el símbolo de defensa del territorio, de la seguridad de la casa, de la ciudad, del país y todo lo que estos contienen.